Hoy la entrada iba a ir de moluscos pero, al parecer a Ion no
le gusta hablar de cefalópodos y gasterópodos, así que vamos a hablar de que hoy es el
día del libro (y también mi última día de fiesta antes de volver al duro
trabajo y a los madrugones; solo de pensarlo ya empiezo a sentir la pereza).
En mi casa somos muy leones. Todos, pero de manera especial
Ilia que se devora los libros a una velocidad que deja impresionada a cualquiera. Su último
descubrimiento fueron las gemelas de “Torres de Malory” de Enid Blyton, esa
colección que todas nos leímos de crías y han vuelto a reeditar para que el lenguaje no sea tan relamido que tire para atrás. El caso es que la tía se zampó los 6
tomos sin respirar, en un par de semanas. Una auténtica fiera.
Se celebra el día del libro porque es el día que murieron
Miguel de Cervantes y William Shakespeare (aunque es fácil concluir que en
realidad se ha embellecido la historia y, al parecer, Cervantes murió ayer, 22,
aunque le enterraran el 23 y que Shakespeare se murió el 23 de abril del calendario juliano,
que viene a ser el 3 de mayo del nuestro). En realidad, a todos nos dá igual. Se trata de
fomentar la lectura y para eso nos sirve perfectamente bien.
Nosotros 5 nos regalamos libros. Ion me regala a mí, yo le regalo a él y los dos les regalamos a los niños. Al final, acabamos con una cuadrilla de nuevos libros en casa porque nunca nos ponemos de acuerdo en quién compra qué y como todos por aquí tenemos un poco de Diógenes literario... pues acabamos así.

Es una buena excusa. El otro día leí que, en el Informe Pisa
(ese donde los españoles siempre salen mal parados) se decía que un
niño que en su casa tiene menos de 20 libros está prácticamente abocado al
fracaso escolar y que uno que tiene más de 200 tiene infinitamente más
posibilidades de éxito académico. Que la literatura tiene más importancia que los ingresos familiares. Es una conclusión un poco básica, per yo quiero creerla porque en casa tenemos más de
3.000 libros desordenados (aunque amontonados, sobre todo, por las
estanterías “del despacho”; que es ese sitio donde lo almacenamos absolutamente
todo pero, como tenemos una mesa y varias estanterías, llamamos pretenciosamente
despacho –porque no teníamos sobredosis de Jane Eyre el día que lo bautizamos
que, si no, lo hubiéramos llamado “la biblioteca”-).
Aun así, creo que el que argumentó esto de los libros eso, no había tenido en cuenta el auge de los e-books porque es mas
fácil medir el espacio físico que ocupa la literatura que los dispositivos electrónicos…. Lo importante,
creo yo, es ver que los padres leen porque, entonces, los hijos les imitarán y
leerán; independientemente de si se trata de libros comprados, regalados,
propios, ajenos o cogidos en la biblioteca del barrio (nos encanta ir a la biblioteca,
sobre todo a Ion que lleva a los monstruitos al menos una vez a la semana a
elegir sus lecturas).
En cualquier caso, este día del libro no solo vamos a leer.
Las 3 chicas de la casa también hemos emprendido la tarea de escribir un libro.
Hicimos el esquema hace ya dos veranos, cuando Iruña nos propuso escribir sobre
chicas normales, amor y vampiros. Dejamos el proyecto abandonado en un cajón y,
ahora, casi 2 años después, Ilia nos ha empujado y hemos escrito ya las primeras 35 páginas del éxito editorial
de los próximos tiempos. Se llama “Una vampira con brackets” y el año que
viene, por estas épocas estaremos encantadas las 3, de firmaros el libro
cuando vengáis a comprarlo al stand que nos habrán habilitado al efecto.
Y, para terminar, los marcapáginas… Me encantan los marcapáginas. Irai le regaló uno
precioso a Ion el día del padre.
Y toda la family hicimos también uno el año
pasado, para felicitar el año, en vez de la típica postal navideña. Se lo
habíamos visto a una familia a la que le alquilamos su casa en Fosses et Baleysac
y nos pareció la mejor idea posible para iniciar el 2013 con buen pie.
Bueno, nada más. Que felices lecturas, hoy y el resto del año. Solos y en compañía. No hay mejor manera de vivir tantas vidas como quieras vivir...