miércoles, 16 de abril de 2014

PIJAMADAS Y TRIOS



Llegan las vacaciones de Semana Santa y, como siempre, pienso que mi familia es la casa de TócameRoque. Los previos a cualquier periodo festivo siempre suelen parecer un sudoku para encajar las vacaciones de los hijos con las vacaciones laborales que, por definición, siempre suelen ser bastante menos generosas.

Hoy me escapo de trabajar a las 3 menos cuarto porque este trimestre he hecho horas de más como para parar un tren. Mi plan maligno era comer a solas con Iruña en el http://www.fostershollywood.es/ porque a ella le suele gustar ir con sus amigas y yo, en cambio, no había ido aun nunca; pero a las 11 y 30 me ha llamado al móvil (desde el teléfono de una de sus amigas, por cierto, porque ella tiene el suyo confiscado) para decirme que un compañero de clase tenía recuperación de Historia a las 4 de la tarde y que, como él vive lejos y nosotras vamos a comer por cerca del cole............ Así que he asumido que mi plan iba a ser comer con mi hija y con un desconocido de 16 años que, seguramente se iba a sentir bastante cohibido delante de la madre de una amiga. Les pasa a todos, aunque parezca que se comen el mundo (imagen de sonandocuentos.blogspot.com.es/).



Al final, cuando he llegado al restaurante (tarde porque al final se me ha cruzado trabajo y no he salido a la hora prevista) el chico había puesto una excusa para no venir y, en cambio, se había presentado mi maridín. Así que hemos comido los 3 juntos, celebrando que ya estamos de fiesta y hablando de la reunión con el tutor de Iruña de las 4 de la tarde.

Después de la reunión tendremos compra de víveres y a recoger niñas a partir de las 7 de la tarde porque Ilia ha sacado unas notas increíbles (como siempre) y como premio ha elegido hacer una pijamada con sus mejores amigas del mundo mundial, como mandan los canones de las hermanas mayores y de las Monster High. Es decir: pizza casera, alquiler de película con palomitas incorporadas y, después, las de 9 años se encerrarán en la habitación y armarán su campamento sin que nosotros las agobiemos con la hora. Como si mañana tienen unas ojeras que las que parecen las Monsters son ellas....

Esa es la teoría, en realidad me temo que con un pequeño vikingo de 4 años corriendo por la casa y que además quiere que bajen también sus dos amigos/vecino del 3º, la cosa puede ser diferente. Está claro que tenemos tendencia a que la vida se nos llene de gente como si estuviéramos en el metro en hora punta. Y es una gozada...

A ver si opino lo mismo esta noche, mientras mi chico y yo nos dedicamos a barrer palomitas y nadie parece querer meterse a la cama, como pequeños Furbys diabólicos corriendo por la casa. Y sí, estoy muy sensibilizada con el tema Furby. He visto durante los últimos años los suficientes dibujos animados como para saber con absoluta seguridad que los juguetes que hablan y no tienen botón de apagado se diseñaron para dominar el mundo (o para volvernos locos, en su defecto). Pero de eso mejor hablamos otro día...


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