jueves, 28 de agosto de 2014

EL 31 DE OCTUBRE SE PUBLICA MI PRIMERA NOVELA



Escribo desde hace… realmente toda la vida. Aun me acuerdo cuando iba al colegio: la Vivaracho me arrancaba varios folios que había escrito (seguramente durante la clase) y yo aún tenía el cuajo de decirle que se estaba arriesgando a destrozar la novela del siglo. Seguramente la pobre alucinaba conmigo o, directamente, pensaba que tenía un problema de salud mental. Claro que sabía que Ana Carmen, mi profesora de 7º de EGB nos había inoculado ya a muchas la pasión por la literatura y que por eso era mejor darnos por perdidas.

            Después he seguido escribiendo pero con los años, los hijos, el trabajo, las demás obligaciones que nos va trayendo la vida… dejé de tener el tiempo y la seguridad de que iba a poder escribir esa gran novela con la que soñaba de cría y empecé a escribir solamente por vicio. Eso sí, compulsiva y metódica. Creo que prácticamente todos las días del año, de 10 a 12 de la noche, lo dedico al solitario vicio de la literatura. He escrito sobre la guerra civil, sobre el terrorismo, sobre las personas sin hogar y lo que es más complejo: sobre las relaciones familiares. Pero, con los años he ido perdiendo peso, no alrededor de las caderas, que ya me gustaría, sino alrededor de los temas que quiero tratar. Supongo que antes quería aparentar profundidad a golpe de sufrimiento ficticio. Con los años, la propia vida se va volviendo profunda y una lo que busca es, simplemente, relajarse y disfrutar.



            Finalmente, hace cosa de un año pensé que ya estaba bien. Que quería acabar una novela desde el principio hasta el final, sin quedarme a medias. Y que quería divertirme con ello. Y decidí probar. Disfruté como una enana, me salió una novela de 330 páginas y me enamoré de los personajes, les di vida, les parí, les lavé los dientes y les cepillé cada día la melena. Fue la felicidad.

            Cuando terminó la aventura pensé: ¿y ahora qué hago yo con esto?  La mandé a varias editoriales… El 28 de julio, mientras volvía de Italia, una de ellas me llamó para proponerme un contrato para publicar mi novela. Un editor apostaba por mí y quería probar qué tal funcionaba. Como autora novel, me proponían una edición pequeña y, después, ya veremos. Y tres días antes de reunirme con ellos en Madrid, otra editorial me comunicó también su interés por la misma novela. Era todo como un sueño, como estar subida en una nube.

            Hoy, un mes más tarde de aquella primera llamada, ya os puedo contar lo importante: Acabo de firmar definitivamente el contrato y el 31 de octubre estará ya publicada mi primera novela. A partir de noviembre empezarán las presentaciones y alguna firma de libros. Suena todo tan increíble que hasta da un poco de vértigo.

            Eso es todo por hoy. No voy a contar todavía nada más, a ver si os genero un poco de intriga sobre la novela… y así os entran las ganas de leerla.

            Al fin y al cabo, voy a poder ver cumplido este maravilloso sueño. Ir a cualquier lugar y poder decir como el gran Paco Umbral:


lunes, 18 de agosto de 2014

PROYECTO 30 (III) MES DE JULIO

Es lo que tiene el verano: que una lleva un ritmo caribeño a pesar de todo (incluso aunque haya vuelto a trabajar, incluso aunque haga un tiempo terriblemente malo). Veroño, debería llamarse esta estación que estamos viviendo este año en Pamplona. Un verano con días aislados de sol pero muchas más nubes, viento e, incluso lluvia. Una tragedia climatológica, para que vamos a engañarnos...

El caso es que no había colgado aquí el proyecto 30 del mes de julio. Y eso no puede ser.

Aquí os dejo mi mes de Julio. Ha sido un mes maravilloso e intenso y, además, mi proyecto 30 ya ha cumplido los 61 días (más los días que llevo de agosto, porque aún no me he rendido. Estoy disfrutando con esto).

Os dejo el collage. En agosto más (y espero que más puntual). Y, en seguida noticias. Maravillosas, grandes noticias. Hoy he hecho un viaje que me ha hecho muy feliz. Aún no voy a contaros más. Todo llegará. Será un placer.

miércoles, 13 de agosto de 2014

DULCES EDEN TXIKI

Hola, soy Ilia y os voy a enseñar a hacer:


                             
                                             UNAS GALLETAS RIQUÍSIMAS

Son las galletas que hice el sábado pasado para llevar el domingo a la fiesta que había organizado en su casa la tía Ana para toda la familia.



     Ingredientes:

-200g de mantequilla
-1 huevo
-350g de harina
-extracto de vainilla
-100g de azúcar glas

Forma de hacer las galletas:

-Corta la mantequilla y métela en el microondas unos 10 segundos para que se quede más blandita (pero tampoco que se derrita, eh?)
.
-Mezcla el azúcar y la mantequilla hasta que quede una mezcla homogénea.

-Después se añade el huevo, (mientras se bate todo el rato) 1 gota de la vainilla y toda la harina hasta que se haga una masa.

-Haz una bola con la masa (si quieres con un poco mas de harina) hasta que no se pegue (forma de comprobar que este bien: poner el dedo y si no te lo has manchado ni se te ha hundido) envuelve la bola en papel film y meterlo en la nevera 2 horas.

- Después hay que amasar las galletas: primero tienes que buscar unos libros que tengan el grosor que quieres que tengan  tus galletas, luego tienes que poner papel de horno encima y debajo de la masa y sujetarla con los libros y empezar a amasar con el rodillo cuando ruede (el rodillo) ya la tienes lista para bien
cortar con molde o con cuchillo. A mí la verdad es que me parece que quedan más bonitas las galletas que se hacen con el molde, porque con el cuchillo quedan los bordes peor.




-Después se ponen directamente a la bandeja del horno y se meten (al horno precalentado anteriormente) a 170 grados unos 15 minutos o hasta que estén doraditas.          

-Y ya están listas para comer o para decorar.

Por supuesto, tenía que llevárselas a la tía Ana en alguna caja bonita, así que cogí una caja de zapatos normal y corriente (tirando a pequeñaja, porque era de unos zapatos que mamá le compró a Irai hace unos días)



y la envolví en goma eva de colores azules y rojos (tengo que confesaros que estoy empezando a cansarme de tanta goma eva). Envolví por un lado la caja y por otro la tapa, y en la tapa le pegué después una cinta y un lazo. Mi hermana Iruña dice que la caja quedó que parecía del Barça pero a mí me parece que quedó muy bonita. Después, escribí encima: "Dulces Edén Txiki" con un rotulador dorado. Me quedó tan bien que la tía me ha dicho que la va a dejar en la habitación de mi primo para guardar alguna de sus cosas.



P.D: Si alguno de vosotros hacéis estas galletas me gustaría que nos mandarais una foto.                                      

lunes, 11 de agosto de 2014

CURIOSIDADES DEL VIAJE DE VUELTA

Y con esto termino las aventuras de nuestro viaje italiano (sobre todo porque Ilia le hizo ayer unas galletas a su tía Ana y está deseando que terminemos con la serie viajera para contarnos aquí todos los detalles de su receta).

Me he explayado, es cierto. Es que me encantan los viajes. Eso de coger los niños, el coche y carretera y manta. Tienes tiempo que compartir, maravillas por ver y siempre te pasan cosas.

Iruña suele decir que lo que no nos pase a nosotros... Sé que eso es algo que piensa tutti il mondo y, sobre todo, en la adolescencia, pero a mí me da gozada escucharla porque es una manera de hacer equipo. Ninguna anécdota como el miedete de ir en la cola del "Reptor", en Gardaland (una montaña rusa simplemente impresionante que va colgada en el aire) con un grupo de usuarios de un centro de salud mental de Lombardía. Tú intentas controlar los nervios de pensar que te vas a subir allí arriba por acompañar a Iruña y, a tu alrededor, gritos de "Santa Madonna!!!!", alaridos histéricos, saltos, llantos... Adrenalina en vena. Después les volvimos a ver en el "Espectáculo Pirata". Se sabían la obra palabra por palabra. Estaba claro que eran visitantes habituales del parque.



En el viaje de vuelta paramos en un área de servicio bastante cerca de Génova. Sorpresa. Había una zona dedicada a "Paking Ladies", con su florecita en la señal de tráfico y sus rayas rosas en el suelo. COlgué la foto en el facebook y ha habido varias teorías al respecto, pero a mí me sigue pareciendo una discriminación fea y tan tan evidente que parece de otro tiempo.



También fue muy gracioso lo de Ion. Los niños, hartos de bistrot y de comidas ordenadas, nos dijeron que querían un McDonald. El caso es que teníamos uno muy cerca del hotel y, como estábamos agotados después de varias horas de coche, mientras yo les bañaba, Ion se fue hasta allí dando un paseo. El McDonalds estaba en obras y solo tenía abierta la zona de McAuto, así que Ion se tuvo que poner entre dos coches, pedir en el poste del telefonillo automático, seguir a paso lento, como si el fuera un vehículo más, y recoger la bolsa en la ventanilla. Yo creo que si llega a cantar el pedido, su fama, por lo ridículo de la situación supera a la de Chuso Jones, ese que les gusta a mis hijas.

Y también en Tolouse, en la piscina con jacuzzi del hotel, otra situación extraña. 3 amigas. Dos de ellas con un bikini-tanga y la tercera, con ellas, vestida con un burka. Ni siquiera era un pañuelo en la cabeza, era un velo autentico, tapándole toda la cabeza, la cara a excepción de los ojos y llegándole hasta los tobillos. Era chocante, sorprendente. Y más cuando las dos amigas del bikini se metieron en el jacuzzi y empezaron a hacer posturas sexys mientras la tercera amiga les hacía fotos. Ya estábamos los 5 alucinando y haciendo debate sobre el burka, la legislación francesa al respecto, la igualdad de la mujer, etc... cuando las dos amigas empujaron a la tapada dentro de la piscina y ella empezó a flotar entre tela y más tela (por debajo llevaba leggins y camiseta en plan neopreno. Muy muy raro. 



Nos dio para hablar mucho, la verdad; pero a mí me quedó una sensación un poco agridulce. Una quemazón por dentro.

Eso si, Toulouse nos encantó. Un desayuno perfecto, una catedral majestuosa (por dentro; por fuera, excepto la torre, tampoco impresiona mucho), la calle roja en homenaje por la muerte de San Saturnino (uno de los dos patrones de Pamplona, el que está relacionado con los toros, aunque todo el mundo piense que ese es San Fermín).

También estuvimos en Mónaco. Un símbolo a la ostentación: No creo que sea un sitio al que vaya a volver. Los yates del puerto son impresionantes, los coches de lujo, escandalosos. La estética de sus habitantes, como de traficantes rusos de película americana, el palacio de la familia Grimaldi un monumento al mal gusto (Ilia lo describió como un castillo de parque acuático). Cuestas para arriba, cuestas para abajo. Sí que resultaba impresionante el edificio del casino de MonteCarlo y ese mar mediterraneo azul, inmenso... No podía dejar de imaginarme a Grace Kelly, después de rodar "Mogambo" mirando a sus subditos y pensando "¡¡¡Qué tropa!!!". Nunca he entendido el concepto de la monarquía pero aquí la idea adquiere el adjetivo de ridícula (o muy muy lucrativa).

Ya de vuelta. Bueno, no solo eso que ya pasó hace un par de semanas... Ya de vuelta al trabajo. Madrugar... Qué verbo más odioso...


miércoles, 6 de agosto de 2014

MI MADRE: LA TURISTA ACCIDENTAL

Cuando mi madre era joven se viajaba poco. O mucho, porque yo recuerdo que todos los fines de semana salíamos, que si a Fuenterrabía, a San Sebastián, a merendar cuajada a las ventas de la Ulzama, al mediterraneo 15 días en julio, en cuanto se acababan los sanfermines (que eran sagrados), a Portugalete algunos días de agosto y escapadas a Castrourdiales. No paraban, pero nunca iban muy lejos. Para que os hagáis a la idea, mi madre se fue de viaje de novios a Torremolinos y mi tía, que era la sofisticada de la familia, fue en el suyo en tren a París.



El caso es que ellas dos han empezado a hacer viajes largos hace relativamente pocos años. Les encanta hacerlo pero siempre siempre aderezarán cualquier viaje con una serie de frases viajeras suyas que nunca nos fallan y a todos nos dan mucha risa:

-Oye, pues Ryanair tampoco está tan mal como dicen. ¡Qué exagerada es la gente!

-¿Os habéis fijado? Somos las más mayores de todo el avión. 

No suele ser verdad. Da igual. Creo que a ellas les hace sentirse glamourosas, aunque tres butacas más atrás vaya un viaje del inserso. En ese caso dirían que "Están mal conservados pero seguro que son mucho más jóvenes que nosotras".  Me empiezan a recordar a mi abuela que, cuando era muchisimo mayor que ellas (que están en los comienzos de los 70) empezó a ponerse años orgullosa de que todo el mundo le decía lo bien conservada que estaba (y lo estaba; siempre digo que su carácter activo, su positivismo y esa maravillosa piel son las únicas herencias que espero recibir en mi vida).



Pero ya me he desviado. Después de nuestra primera semana italiana mi madre, Mertxe y mi hermano vinieron a compartir con nosotros la segunda semana alrededor del lago di Garda. Es un placer poder compartir unos días en familia. Y, además, ver a mi madre y a mi tía sorprendidas como niñas y disfrutando de todo merece la pena todo el esfuerzo de mantenerlo todo organizado con precisión germánica para hacer felices a mayores y menores.

Eso sí. Hay que estar preparada. Por muchos sitios que conozca mi madre, siempre siempre siempre lo comparará todo con Pamplona para sentirse cómoda.



Pongo como ejemplo Milán:

Tú llegas en coche a Milán. Sales de la autopista. Entras en la ciudad por un barrio periférico y mi madre le dirá a alguno de sus nietos (aunque en realidad se está hablando a ella misma):

-¿Ves? Esto es la Rochapea de Milán.

Llegas a Corso Buenos Aires atestado de tiendas, una avenida ancha y más que comercial y, por supuesto, ella dirá

-Ya estamos en el Carlos III de Milán.

Aparcas, compras un plano, te tomas un café ("No entiendo esa manía de ponerles tanta espuma a los cafés que tienen aquí"), vas paseando hacia la Piazza del Duomo y ella, por supuesto, dice

-Pues no me diréis que esto no da la impresión de estar llegando a la Plaza del Castillo... Si tiene porches y todo. 

Y cuando esté frente al Duomo, majestuoso

-Ilia... Tú ya has ido a la catedral de Pamplona? ¿Cómo? ¿No te han llevado nunca? Esta madre tuya... ¡¡¡¡En cuanto volvamos a Pamplona nos vamos tú y yo una mañana!!!!



AL principio me irritaba. Hoy en día hago apuestas con Ion y con Iruña sobre qué va a decir "la abuela" de cada lugar que visitamos. Los puentes de Venecia le recuerdan a los del paseo del Arga, aunque en más grandes "Solo los centrales, los de los canales laterales, más pequeños que el puente de la Magdalena". El castillo de Sirmione es casi tan bonito como el castillo de Olite. Y así todo....



En realidad, es un placer poder contar con ellas para todo y ver el mundo a través de sus ojos me hace recordar que queda mucha vida por delante, muchos años para disfrutar, muchas sorpresas por recibir y, sobre todo sobre todo, que en el futuro hay muchos pero muchos martinis para poder brindar por la vida.




viernes, 1 de agosto de 2014

CARTAS A JULIETA CON MI ABU by IRU

Lo que mas ilusion tenia yo por ver de nuestro viaje a Italia era la escapada a Verona, porque me encanta Shakespeare y, en especial su obra de Romeo y Julieta. 



Mi hermana, mi madre y yo hemos visto tropocientas veces la película de Cartas a Julieta, en la que aparece esa ciudad y nos encantó. Recordando esta película decidimos ir y buscar la casa de Giulietta y, si de paso la encontrábamos, también la "casa" de la protagonista de la película.
 


Lo primero que vimos cuando empezamos a andar fue el Verona Arena, ya que estaba en la plaza de al lado del sitio donde habíamos aparcado. Me hubiese encantado ir a ver alguna ópera de las que se hacen allí pero no fue posible. Ademas, en agosto y septiembre iban a recrear Romeo y Julieta y a mí me hubiera encantado poder verla pero nos íbamos antes, así que no vamos a estar para verlo, por desgracia. 



Después fuimos por la calle de las tiendas caras (y algunas más normales como Kiko o Benetton) y de ahi llegamos a otra plaza bastante bonita,




 la vimos y fuimos directos a la casa de Julieta. Ya sabéis, todo eso de subirte a la peana y tocarle la teta mientras te hacen una foto (dicen que es para encontrar novio pero no nos pudimos resistir ninguna de las tres), las dedicatorias escritas por todas las paredes, los candados que simbolizan el amor y ocupan una pared entera. Era un sitio precioso. Ilia y yo hasta subimos al balcón de Julieta y le mandamos una carta a las carteras de Julieta. Fue precioso; pero mi padre se puso malo y tuvimos que irnos sin tiempo a casi nada más.






El segundo día que fuimos a Verona ya estaba el resto de la familia. Tuvimos que aguantar un atasco gigantesco (y yo lo aproveche para hacerme una sesión fotográfica) y cuando llegamos tuvimos que esperar a mi tío Miguel porque él había ido por otra carretera y había pillado otro atasco mas gordo aun que el nuestro. 

Hicimos el mismo recorrido que la vez anterior, pero esta vez estuvimos mas rato en la casa de Julieta. Esta vez le tocamos todos la teta a Julieta, nos reímos con lo asqueroso que era que la gente pegara chicles masticados en una pared como símbolo de amor, la abu subió al balcón con Ilia y compré un candado y una pulsera en la tienda que hay en el mismo patio. 


Después, vimos la plaza y comimos en un restaurante bastante bueno, pero lo tuvieron que cerrar en cuanto terminamos de comer nosotros porque tuvieron una discusión entre los empleados y mientras a nosotros nos dejaron terminarnos los cafés en la terraza cerraron todas las puertas y, por la cristalera vimos que dos clientes se quedaron encerrados en el interior. Nos reímos muchísimo viéndoles dar golpes a la puerta y la cara de susto que ponían al ver que el bar al que habían entrado a tomar algo estaba cerrado y ellos no podían salir. Mi abuela decía que aquello parecía una película italiana.  
Al final ellos salieron y nosotros también nos fuimos, pero estaba cayendo una gran tormenta, así que nos compramos unos paraguas (el mío es precioso, con los mensajes de la pared de la casa de Julieta, pero el de mi madre es feísimo, super llamativo, de 7 colores diferentes, y estoy segura que nunca se atreverá a llevarlo en cuanto lleguemos a Pamplona por mucho que le haya hecho gracia comprárselo aquí, en Verona).  

Tuvimos que darnos prisa en llegar al coche. Pero esta visita aun así fue mucho mejor que la anterior y a mí me hizo ilusión estar en la ciudad del amor. Algún día volveré. Estoy segura.