lunes, 11 de mayo de 2015

EL CORAZÓN QUE A TRIANA VA...


El año 1992 fui a la expo de Sevilla.

Yo era una cría y una de mis mayores ilusiones era poder viajar y conocer lugares, personas, formas de hacer las cosas, culturas, pasiones, historias... Aun no había tenido tiempo de hacerlo, pero sabía que tenía mucha vida por delante. Mientras tanto, paseaba por cada uno de los pabellones de aquella expo pensando "Me muero por viajar allí...". Todo me parecía interesante, sorprendente, estimulante, nuevo... Y eso que uno de los momentos que más recuerdo es el pabellón de Madrid con un corto de Bibi Andersen (vamos, la Bibiana Fernández de ahora) cantando "Soy lo prohibido" con la voz de Olga Guillot.

El caso es que han pasado 23 años desde entonces y he conocido muchos de los países que fui visitando pabellón a pabellón pero, en cambio, no había vuelto a ir a Sevilla. Fuimos aprovechando el puente del 1 de mayo (desde Zaragoza y en AVE Sevilla está a un tiro de piedra). Y el viaje ha sido inolvidable.



Soy de Pamplona, así que uno de los primeros lujos de llegar el 30 de abril a Sevilla es, sin duda, poder quitarme las medias y las botas, cambiarlas por unas sandalias, ponerme tirantes, salir a pasear debajo de sol. Esa mañana en Pamplona hacía 4 grados de temperatura; va en serio. Y cuando llegué a Sevilla, me encontré con 30 grados. Casi lloro del agradecimiento.

Por lo demás, callejear, disfrutar de una ciudad preciosa, los reales alcázares, pasear por el barrio de Triana, disfrutar por el barrio de Santa Cruz y recordar a mi abuela cantando una coplilla que decía algo así como: "Santa Cruz es un barrio que hay en Sevilla. Y allí existe la calle de la Pimienta, donde yo cierta noche vi a una chiquilla, que loquito me ha vuelto sin darme cuenta". Encontré la calle y me hice la foto, con la misma misma ilusión que si se la fuera a mandar a la abuela Josefita para que volviera a cantarme aquella canción.


La manifestación del Día del Trabajo


Desayunar en los reales alcázares, que serán de los jardines más bellos que recuerdo




Como recomendaciones: el Hotel Becquer. Está bien pero, sobre todo, tiene una ubicación inmejorable.

El restaurante Casa Robles. Tan cerca de la Giralda que pensé que sería uno de esos locales pensados para guiris cuando, en realidad, era una auténtica delicia parapicotear; las setas con huevos rotos y el postre, para perder el sentido.

El restaurante ConTenedor, que estaba tan lejos que hicimos la turistada de ir en calesa y aprovechar para conocer la virgen de la Macarena. Una persona sin hogar, que dormía en la calle, se levantó de su manta, con un tetrabrick en la mano y gritó: "Viva los novios!!!!". Pensé: C`est la vie!

La decoración de aquel restaurante en el que había tanta gente que cuando reservamos nos dieron dos banquetas en la barra, aunque luego nos consiguieron una mesa. El vino, variedades de vino como para una vida entera probando, las migas de cacao...



Han sido 23 años sin volver a Sevilla, aunque sé que la próxima vez no voy a tardar tanto.

Eso si, como soy de afectos estables tengo que decir que en Sevilla comí con los mismos dos hombre con los que lo hice aquel verano de 1992. Y, además, como los dos son de buena cosecha, han mejorado tanto con los años que compartir el tiempo con ellos ha sido, sin duda, el mayor de los placeres.



Y, para terminar, lo siento, sí, soy una mitómana. Miguel Bosé, siempre. Por muy ridículo que resulte su pasado a veces... Pero verle cantando "Sevilla" sigue siendo un recuerdo, lo más... Bueno, visto así, hay que reconocer que Sevilla siempre tendrá cosas mejores, mucho mejores. No se ha conservado demasiado bien esta canción, por mucho que me volviera loca...


2 comentarios:

  1. Ayyyy Idoia, qué bonito leerte hablar de mi ciudad!!! Qué emoción!!!
    Es lo que tiene Sevilla, que enamora. Yo cuando digo que es muy bonita, me dicen "claro, eres de allí" (aunque en realidad vivo en un pueblo cercano) pero es que es verdad!!!
    Sevilla es preciosa!!
    Esto ha sido una señal eh!!
    Besos!!!

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  2. Jajaja, si, ha sido una señal!!!

    La verdad es que Sevilla es maravillosa por su luz, por su arquitectura, el clima, la gastronomía... Lo tiene todo. Espero no tardar tanto en volver. Besos, Macarena!!!

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