miércoles, 25 de junio de 2014

NUESTRO 20 ANIVERSARIO

¡Y luego dicen que 20 años no es nada!


Hoy hace 20 años que Ion y yo nos casamos en el Ayuntamiento de Larrainzar. Lo elegimos por razones de peso: era 1994 y aun la gente se casaba principalmente en el juzgado y como a nosotros no nos apetecía porque aquello parecía un poco como de condena perpetua (no, no quería poner cadena) elegimos Larrainzar porque aquella temporada íbamos mucho por la Ulzama y porque, para que vamos a engañarnos, era uno de los sitios más bonitos en los que dejaban casarse en Navarra. 


Ion tenía 26 años y yo acababa de cumplir 23 hacía unos días. Aun estaba estudiando así que a muchos les pudo parecer precipitado pero tengo que decir que, después de tanto tiempo (creo que exáctamente 7.305 días) sólo me arrepiento de mi vestido de novia. Yo era muy joven, los 80 estaban aun cerca... El caso es que me calcé unas mangas que todavía hoy protagonizan algunas de mis peores pesadillas (y aunque soy tan osada de poner una de las fotos espero que nadie haga sangre con ellas). 



El resto ha sido maravilloso. Entendedme, maravilloso con sus gritos y todo, no penseis que me acaba de dar un ataque de buenrollismo positivista lisergico de esos ni nada. Hemos construido una familia increíble. Iruña, que ya tiene 17 años y hoy nos ha hecho el mejor de todos los regalos: unas notas mucho mejor que las que esperábamos y, en consecuencia, un verano estupendo para todos. Ilia que es una joya, un premio gordo de esos que te tocan una vez en la vida. E Irai, el niño más cariñoso del mundo, el que nos va a mantener siempre ágiles y jóvenes para poder correr detrás suyo. 



También hemos perdido a gente que adorábamos por el camino, pero no me voy a poner nostálgica pasando ahora lista. Hemos conseguido trabajos maravillosos a base de esfuerzo y hemos perdido alguno con el que estábamos aprendiendo más que en un master vital. Pero, a la larga, mirando para atrás, ha merecido la pena y hoy estamos en los trabajos que nos gustan, cómodos, disfrutando (aunque a veces, inevitablemente, discutamos por la forma de conciliar horarios e hijos; que a la conciliación, como todo el mundo sabe, le pasa como a los Reyes Magos... Que, al final, son los padres). 

Ha habido días de lluvia, pero infinitamente más días de sol (y decir eso en Pamplona es todo un reto climatológico...). Hemos gritado, hemos llorado, pero fundamentalmente nos hemos divertido, emocionado, nos hemos reído y hemos jugado mucho. Nos hemos disfrazado en familia, hemos viajado, hemos conocido sitios increíbles y hemos bailado hasta a la pata coja...


Y, sobre todo, sobre todo, hemos sobrevivido a una mudanza, a una reforma integral de nuestra casa y a otra del edificio en el que vivimos, y como todo el mundo sabe, si eso no mina una relación es que es de cemento armado, casi casi indestructible.

En conclusión, que esto es algo para celebrarlo por toooooodo lo alto (yo soy muy de celebrar, en cada sitio encuentro una ocasión); así que el domingo cogimos a la familia y les sugerimos que vinieran con ropa clara (como si tuviéramos un protocolo que seguir).

-Supongo que te has fijado que todos te tienen miedo, cariño... -me dijo Ion cuando vio desfilar a nuestros hijos, mi madre, mi tía, mis cuñados, mis sobrinos y todos iban vestidos de blanco. 


Mi hermano, que es el único que por llevarme la contraria hubiera venido vestido de naranja fosforito, no pudo estar porque andaba trabajando por Finlandia y le pillaba un poquillo a trasmano. Le agregaría con Photosop en la imagen, pero mi nivel de maestría no me permite ese tipo de experimentos a no ser que quiera que la foto acabe pareciéndose a aquella felicitación que hizo la familia real...

Y no quiero, porque hicimos fotos sencillamente preciosas:




Esta foto la hizo mi cuñada, pero la pongo aquí porque me parece, sencillamente,
maravillosa. Como un cuadro,con tanta sensibilidad...

Esta noche nos vamos los 5 a cenar a un restaurante Punto Cero de esos que les gustan a los críos, con tablet en la mesa y esas cosas. Y mañana... mañana es la gran escapada. Ion y yo nos fugamos solos a disfrutar de un merecido (aunque cortito) descanso. Una escapada "de novios" que son las que de verdad le recargan a una las pilas para cerrar el trabajo antes de San Fermín (cuando aquí, en Pamplona parece que se termina el mundo). Y, después, sanfermines (la locura) y las vacaciones familiares (que para eso si que se necesita mucha, pero mucha energía).

No tengo nada más que añadir, señoría... Que como diría Peter Pan (para que nos vamos a poner ahora con Dostoievski o con Nietszche) "Vivir si que es una maravillosa aventura".

A por los siguientes 20 con el convencimiento de que esta vez tampoco nos vamos a aburrir.


1 comentario:

  1. no hay comentarios en una entrada tan bonita??? pues aquí va el mío... felicidades!!!

    ResponderEliminar